MÁRTIRES DE DAIMIEL
Los veintiséis mártires de Daimiel sellaron heroicamente con el sacrificio de sus vidas su consagración a Dios en la familia Pasionista. Arrojados con violencia del Retiro de Daimiel la noche del 21 al 22 de julio de 1936, murieron en fechas y lugares diferentes; los primeros durante la noche del 23 de julio ese año, encabezados por el Beato Nicéforo Díez, quien fuera el Superior Provincial.
Muchos de ellos era jóvenes de apenas 18, 20, 21 ó 30 años, los cuales, se preparaban para ejercer el apostolado en México, Cuba o Venezuela. Siete de ellos eran sacerdotes, quince estudiaban filosofía y cuatro eran hermanos coadjutores que colaboraban en el servicio de la comunidad.
La noche en que fueron expulsados del convento, el P. Provincial les impartió la absolución, les distribuyó la Comunión y les alentó a la fidelidad: "Hermanos míos, esta es la hora de nuestro Getsemaní. La naturaleza débil desfallece y se acobarda. Pero Jesucristo está con nosotros. Voy a daros al que es la fortaleza de los débiles. Si a Jesús le confortó un ángel, a nosotros nos conforta y nos sostiene Él mismo. Dentro de poco, estaremos con Él. ¡Ciudadanos del Calvario, ánimo y a morir por Cristo! A mí me toca animarlos y ustedes me estimulan con su ejemplo".
Fueron beatificados por San Juan Pablo II, el 1 de octubre de 1898.